9 de abril de 2016

Canción de Leche y Pañales - Capítulo 17



Charlotte



Charlotte estaba ensimismada contemplando a Jackie. Su hermana ya le había hablado mucho de él y ella le había preguntado mucho por él. Pero una cosa era oír lo que le contaban y otra verlo con sus propios ojos.
Jackie parecía incapaz de valerse por sí mismo. Al llegar al piso, ella había tenido que ayudarle a quitarse el traje que llevaba, y luego él le pidió que le tumbase sobre la cama para ponerle el pijama, porque no sabía cómo hacerlo. Después, Jackie buscó en su maleta el chupete y el alce de peluche y los tomó consigo. Se puso el chupete en la boca rápidamente y abrazó a su peluche, muy parecido a como ella abrazaba a Mordisquitos. Se habían quedado un rato en silencio sin saber muy bien qué hacer, hasta que ella le sugirió para romper el hielo de ir a ver la televisión. Y allí permanecieron en un silencio roto únicamente por el ruido de la televisión y el chupeteo de Jackie.
Charlotte lo miraba de soslayo de vez en cuando con cierta admiración y envidia. Jackie era un bebé. Tenía que llevar pañales, usar chupete y tomar teta. Y todo el mundo lo veía como algo normal. A nadie le extrañaba que un niño de 12 años todavía se comportase como si fuera un bebé. Él podía ir por ahí llevando su pañal mientras ella tenía que esconderse para chuparse el dedo. Era injusto ver como nadie le repudiaba por ser un bebé y ella tenía que escondérselo a sus padres.
Sin embrago, lo suyo era diferente. Ella a ojos de la gente, llevaba pañales para dormir porque mojaba la cama. Nadie sabía que en realidad le gustaba jugar a que era una bebita y su hermana o su mami le cambiaba el pañal.
Por eso sentía fascinación por Jackie y siempre le preguntaba a su hermana por él. Y ahora lo tenía delante suya; llevando un pañal mientras su hermana le daba palitos en la espalda para que expulsase los gases.
-Es un bebé –le dijo sin mover los labios.
Cuando ya hubo eructado un par de veces, Cindy volvió a sentar a Jackie en la silla. Jackie se puso inmediatamente el chupete en la boca.
Charlotte lo contempló sin darse cuenta que el pescado que tenía en el plato se le estaba quedando frío.
-¡Charlotte! –dijo de pronto su hermana mientras daba una palmada al lado suya-. Cómete el pescado, vamos –le dio un beso en la frente muy suave.
Charlotte acachó la cabeza y siguió comiendo.
-A ver, Jackie –dijo su hermana al nuevo huésped de la casa-, ven aquí que te de las natillas –y lo sentó encima suya.
Charlotte sintió un poco de envidia. Ella también quería que su hermana le diera las natillas y la sentase sobre su regazo. Quería llevar pañal siempre y chuparse el dedo delante de todo el mundo. Quería que su madre le diese teta… Al acordarse de esto último, sintió un pinchazo en el corazón y se le empezaron a humedecer los ojos. Vio el pescado que tenía sobre el plato borroso, hipó y una lágrima le empezó a recorrer la mejilla. Y después de eso, dos torrentes de lágrimas le empezaron a caer de los ojos y lloraba desconsoladamente. Cindy dejó a Jackie rápidamente sobre la silla y corrió a abrazarla. Le sujetó la cabeza y la pegó contra su pecho mientras le acariciaba el pelo y lloraba con ella. Charlotte pensó que su hermana no le diría nada, y si lo hacía, a ella no le importaba, pero lo necesitaba. Así que empezó a chuparse el dedo.
Enseguida sintió otros brazos que la rodeaban. Jackie se había levantado de su sitio y las había abrazado a las dos, mientras lloraba en silencio con su chupete puesto. Los tres habían perdido a sus madres. Eran tres personas unidas por el dolor.
Lloraron en silencio un rato más. La primera en recomponerse fue su hermana. Se separó de ellos y los dejó abrazados mientras se secaba lo ojos.
-Bueno… Basta ya de llorar, que vamos a inundar la casa y le vamos a hacer goteras a la vecina de abajo –dijo-. Venga, vamos a recomponernos, chicos –dijo con dulzura.
Charlotte soltó el brazo con el que abrazaba a Jackie y se sacó el pulgar de la otra mano de la boca. Estaba un poco arrugado. Miró a su hermana, pero ella no le dijo nada. Sólo le sonrió.
Cindy trajo su silla al lado de la de Charlotte y sentó a Jackie encima. Abrió unas natillas y empezó a dárselas despacio. Jackie abría la boca dócilmente y dejaba que su hermana le diera de comer.
-Bueno, Charlotte –dijo su hermana de forma divertida sin dejar de mirar a Jackie-, ¿qué te parece nuestro invitado?
A Charlotte le pilló por sorpresa. Era muy tímida con la gente que no conocía.
-Bien… -dijo casi en un susurro.
-¿Habéis hablado algo? –siguió Cindy.
-No… -contestó Charlotte-. Bueno, le he ayudado a ponerse el pijama y nada más –dijo con la esperanza de que se hablase sobre Jackie y del porqué de que llevase pañales todavía, ya que no se atrevía a sacar el tema.
-¿Sí? –su hermana se dirigió ahora a Jackie-. ¿Te ha ayudado Charlotte a ponerte el pijama?
Jackie asintió en silencio mientras tragaba.
-Que bonica –dijo Cindy mientras le daba un beso en la mejilla.
En ese momento, Jackie habló. Era la primera vez que lo hacía desde que Charlotte lo conocía, ya que hasta ahora, sólo había hablado con gestos, pero lo que dijo era una de las cosas que Charlotte más curiosidad tenía por oír. No por la frase en sí, sino por lo que venía a continuación.
-Cindy, tengo pipí.
-¿Te has hecho pipí, Jackie? –le dijo su hermana. Obviamente era una pregunta retórica-. Pues venga, termínate las natillas y te cambio el pañal.
Cindy también se apresuró en terminarse su plato de pescado, en el que el aceite se había solidificado formando una película alrededor del mismo. Jackie se terminó la última cucharada de natillas y se movió inquieto encima de Cindy. Su hermana pareció entender lo que el bebé quería.
-Venga, te llevo ya a cambiarte.
Cindy se levantó con Jackie en peso y fue hasta su habitación. Charlotte esperó un momento y se levantó con la intención de ver cómo le cambiaban el pañal a Jackie. Se dirigió hasta la habitación de su hermana y abrió la puerta. Dentro, estaba sobre la cama Jackie, con el pijama mono abierto, acostado bocarriba y su hermana le sostenía las piernas en alto mientras le limpiaba. El pañal que le había quitado estaba hecho una bola en la esquina del cuarto.
-¿Qué pasa, Charlitikity? –le dijo su hermana mientras seguía cambiando de pañal a Jackie.
Charlotte se quedó congelada. No había previsto una respuesta para cuando su hermana le preguntase qué había ido a hacer a la habitación.
-Esto… Eh… No encuentro los yogures de coco –sabía perfectamente que su hermana no compraba nunca yogures de coco, por lo que fue una buena improvisación.
-Llevo meses sin comprar yogures de coco, Charlotte –contestó mientras le pasaba un pañal limpio por debajo del culete a Jackie. Él no dio muestras de percatarse de la presencia de Charlotte, simplemente siguió dócil mientras su hermana le cambiaba el pañal-. Coge uno de los de limón, son tus favoritos.
-Vale… -Charlotte cerró la puerta y volvió hasta la cocina.
Acababa de ver cómo le cambiaban el pañal a un niño mayor que ella. Se puso un poco celosa. A ella siempre le ponían o le quitaban el pañal, no se lo cambiaban como a los bebés. Esperó a que su hermana volviese con Jackie en brazos, pero en lugar de eso, ambos se dirigieron a su habitación. Se oyeron ruidos dentro mientras Charlotte intentaba averiguar a qué pertenecían. Se tomó el yogur y se quedó sentada en la mesa sin saber qué hacer. Hasta que tomó una decisión. La habitación era suya así que podía entrar cuando quisiera.
Cruzó el pequeño pasillo y abrió la puerta. Dentro se encontró con una cuna plegable al lado de su cama, por lo que no había sitio para llegar hasta la pared de enfrente. Jackie estaba sobre su cama agitando sus brazos y sus piernas mientras su hermana terminaba de prepararle su cuna.
-Ah, hola Charlotte. ¿Has terminado ya de cenar?
-Sí. ¿Qué haces? –le preguntó ella.
-Jackie va a dormir contigo. Quiero reunir en la misma habitación a los dos que llevan pañales de esta casa –dijo sonriendo-. Le estoy preparando su cuna.
Charlotte no dijo nada. Ni siquiera sabía si le había hablado alguna vez de ella a Jackie. Quizá Jackie se acabase de enterar de que ella también llevaba pañales, pero en cualquier caso, no parecía que el bebé que estaba acostado sobre su cama fuera a decir algo al respecto.
-Cindy, quiero bibe –dijo Jackie.
-Enseguida te lo preparo, cielo. Voy a terminar de ponerte las mantitas en tu cuna.
-¿Mañana iremos a ver a mami? –preguntó. Su voz salía algo amortiguada por su chupete.
-Sí, mañana iremos a ver a mami –respondió su hermana-. Charlotte –se dirigió ahora a ella-, ve poniéndote el pijama mientras yo le preparo el biberón a Jackie. Cuando vuelva, te pongo el pañal mientras él se lo toma.
Charlotte obedeció. No le importó desnudarse delante de Jackie, pues era un bebé y en ese momento sólo le prestaba atención a su alce de peluche. Su hermana volvió enseguida con un biberón de leche caliente en una mano. Se lo dio a Jackie, que inmediatamente lo aferró con sus manitas y comenzó a tomárselo. Cindy lo levantó en peso y lo dejó suavemente sobre la cuna. Después le llevó  su peluche y lo dejó a su lado.
-Venga, Charlotte. Ven que te ponga el pañal.
Charlotte se subió rápidamente sobre la cama y se acostó bocarriba. Su hermana sacó su pañal del armario y empezó a ponérselo. Le bajó el pantaloncito del pijama y le levantó las piernas con una mano mientras que con la otra le pasaba el pañal por debajo. Charlotte miraba de reojo a Jackie por si éste la miraba mientras le ponían el pañal, pero estaba concentrado en tomarse su bibe y no apartaba la vista del techo.
Cuando su hermana terminó de ponerle su pañal, le dio un golpecito cariñoso en el culito. Charlotte se rió y se metió debajo de las sábanas. Regresó a la superficie con Mordisquitos y lo puso junto a ella en la almohada. Su hermana estaba al lado de la cuna de Jackie y le sujetaba el biberón con la mano mientras él estiraba sus bracitos. Terminó de tomárselo y bostezó. Se le escapó un eructo y rió, muy parecido a como ella se había reído cuando le habían puesto el pañal, con un risita de bebé travieso. Su hermana le pellizcó la barriguita y Jackie se llevó las manos a la parte delantera del pañal mientras sonreía detrás de su chupete.
Charlotte se dio cuenta en ese momento de lo bebé que podía llegar a ser Jackie. Mucho más que ella.
Cindy le dio un beso en la frente, se dirigió hasta su cama y le dio un beso en la mejilla a Charlotte, luego recogió el biberón de Jackie y se dirigió hasta la puerta de la habitación.
-Que durmáis bien, mis bebés –dijo antes de salir. Apagó la luz y cerró la puerta.
Los pasos de su hermana se escuchaban alejarse en el pasillo. Dentro de la habitación sólo se oía el chupete de Jackie moviéndose en su boquita mientras intentaba conciliar el sueño. Aprovechando que su hermana había ido ya a su habitación, Charlotte pensó que era ahora o nunca.
Encendió la luz con el interruptor que estaba junto a su cama.
Se incorporó en la cama y miró a la cuna de Jackie. Éste la miraba acostado todavía bocarriba, moviendo su chupete. Se quedaron un rato mirándose, hasta que Jackie rompió el hielo.
-¿Qué pasa? –preguntó con voz tímida.
-¿Por qué llevas pañales? –fue la primera cosa que se le vino a Charlotte a la cabeza, que se había quedado en blanco.
-Porque me hago pipí y caca encima –contestó Jackie, que no había entendido muy bien a qué venía esa pregunta.
-¿Y los has llevado siempre? –volvió a preguntar Charlotte. En realidad sabía la respuesta a esas preguntas porque se lo había dicho su hermana, pero quería escucharlo de la boca de Jackie para corroborar que todo era verdad, aunque no había dudado de su hermana ni por un momento.
-Siempre –contestó Jackie-. No recuerdo un solo día de mi vida en el que no haya estado con pañales.
-¿Y por qué los llevas?
-Ya he contestado a esa pregunta –dijo en voz un poco alta.
-Baja la voz o mi hermana vendrá –le dijo flojito Charlotte-. Me refiero a por qué te gusta llevar pañales, si es que te gusta.
-No es que me guste o me deje de gustar –dijo en voz bajita-. Es que me hago pipí y caca encima y me tienen que poner un pañal. Lo veo normal. Como una persona cuando se pone calzoncillos o braguitas. Pues yo me pongo pañales.
-¿Y tomar teta? ¿Eso te gusta? –Charlotte se había sentado con las piernas cruzadas en la cama y miraba de frente a la cuna de Jackie.
-¿Cómo sabes que tomo teta? –Jackie se sentó también sobre sus mantitas y miró a Charlotte.
-Baja la voz –le volvió a decir-. Me lo ha contado mi hermana. Pero tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo. Bueno, con nosotras. Puedes confiar en mi hermana, es la mejor persona que he conocido… Junto con mi madre… -se puso muy triste al acordarse de su madre.
-Pobrecita… -Jackie se percató de su tristeza-. ¿La querías mucho?
-¿Acaso no quieres tú a la tuya? –dijo mientras se le escapaban las lágrimas.
-Tienes razón –Jackie parecía molesto consigo mismo-. ¿Qué clase de pregunta te he hecho? Por favor, perdóname.
-No importa –Charlotte se secó las lágrimas con el puñito cerrado y se frotó los ojos.
-Escucha –empezó Jackie-. No hablemos de tu mami, ¿vale? Ni de la mía. Hablemos de ti… O de mí, ¿qué más quieres saber?
Charlotte se quedó pensativa, con lo que los recuerdos de su madre desaparecieron de su cabeza.
-Umm… -dijo mientras se le venía otra pregunta a la mente. Y se acordó de que Jackie no le había respondido a si le gustaba tomar teta-. ¿Te gusta tomar teta?
-Sí –respondió Jackie-. Me encanta acurrucarme junto a mami y tomar su teta… Pero… ¡Eh! Hemos dicho que no íbamos a hablar más de nuestras mamis. Pregúntame otra cosa, va.
-Tienes razón –Charlotte cogió a Mordisquitos y lo puso sobre sus piernas mientras pensaba.
-¿Tiene nombre? –le preguntó Jackie.
-¿Perdón?
-Tú peluche –dijo Jackie señalando a Mordisquitos-. Que si tiene nombre.
-Ah –exclamó Charlotte-. Sí, tiene nombre. Se llama Mordisquitos –dijo mientras lo levantaba para enseñárselo mejor a Jackie-. ¿Y el tuyo?
-También –contestó Jackie-. Se llama Ronnie.
-Que chuli. ¿Y desde cuándo lo tienes?
-Desde que he llevado pañales y tomado teta –dijo Jackie sonriendo.
-¿Desde siempre? –preguntó Cindy sonriendo también.
-¡Sí!
Y los dos rieron.
-¡A ver, los bebés parlanchines! –oyeron la voz de su hermana desde su habitación-. U os dormís, o uno se viene aquí conmigo.
Los dos rieron ahora por lo bajini. Charlotte mordiéndose el dedo, y Jackie su chupete.
-Jo, ¿sabes que te tengo mucha envidia? –le confesó Charlotte.
-¿Sí? –se sorprendió Jackie-. ¿Por qué?
-Pues porque a mí también me gusta ser un bebé… -Charlotte bajó la cabeza-. Y me gustaría que me cambiasen el pañal como a ti, y me dieran bibe, y me acostaran en una cunita y… Y bueno, todas esas cosas…
-¿Y por qué no se lo dices a Cindy? –le preguntó Jackie.
-Porque no sé cómo reaccionaría –le dijo-. A lo mejor le digo que quiero ser un bebé, se enfada y empieza a enseñarme a dormir sin pañal… Y a mí me encanta llevar pañal para dormir… Pero… Pero ojalá pudiera llevarlo todo el día…
Jackie se levantó y se apoyó en los barrotes de su cuna para acariciarla.
-No te pongas triste, Charlotte –le dijo mientras estiraba el brazo para pasarle la mano por el pelo-. A Cindy le encanta cambiarme el pañal y darme bibe. Estoy seguro que si le dices que te lo haga a ti, se pondrá igual de contenta, o más incluso. Al fin y al cabo, tú eres su hermana.
-Ya… Es posible… Pero es que te veo a ti y a los demás a los que vuestras mamis os cambian el pañal y… Y me pongo muy triste porque yo también quiero ser una bebita siempre.
-¿Los demás? –Jackie parecía extrañado-. ¿Hay más como yo?
Charlotte se quedó sorprendida, y se le esfumó la tristeza.
-¿No lo sabes?
-¿Si no sé qué?
-Todos los que hay como nosotros –le contestó Charlotte.
-No –respondió Jackie, y se quitó el chupete de la boca-. ¿Hay más como nosotros?
-¿No conoces el mundo AB/DL?
-No. ¿Qué es eso?
Charlotte estaba estupefacta. ¿Cómo era posible que Jackie Largue, que se había convertido en el Adult Baby más famoso del mundo no supiera a qué grupo pertenecía?
-¿Nunca has entrado en Internet? –le preguntó Charlotte.
-Nunca he tenido ordenador –respondió Jackie.
Charlotte no podía creer lo que oía. Jackie vivía en la total ignorancia. No había contado con tener que explicarle a Jackie lo que era. Estaba segura de que lo sabría.
-AB/DL son las siglas de Adult Baby y Diaper Lover –empezó-. Adult Baby significa que te gusta ser un bebé. Diaper Lover que te gusta sólo llevar pañal. En nuestro caso, como todavía no tenemos 18 años, no somos Adult Baby, sino Teen Baby. Pero vamos, viene a ser lo mismo.
-¿Entonces yo soy un Adult Baby? Es decir… ¿Un Teen Baby?
-Umm –pensó Charlotte-. Tampoco lo eres exactamente. Un Adult Baby es un hombre que quiere ser bebé. En tu caso no tienes elección. Pero también te gusta ser un bebé así que es complicado. No hay una palabra exacta para definirnos tampoco. Nos gusta ser bebés, pero además tenemos que llevar pañales, y en tu caso, tomar teta. Yo creo que nos podemos definir simplemente como bebés.
-Aaah… -Jackie estaba asombrado. Quizá era demasiada información para asimilarla de golpe-. Entonces, ¿dices que hay más como nosotros?
-Oh, claro –respondió Charlotte-. Muchísima gente. Y yo conozco a varios.
-¿Sí? –Jackie parecía realmente emocionado-. ¿Y me los podrías presentar?
Charlotte se hundió un poco.
-No… Lo siento… Es que sólo los conozco de Internet –se apresuró a añadir al ver la cara de Jackie.
-Oh, vaya…
-Pero sí quieres, te los puedo enseñar –dijo, pues lo veía muy triste.
-¡Sí!
-Baja la voz –le dijo de nuevo.
-Perdón –dijo Jackie en un susurro-. Sí –repitió en un susurro casi inaudible.
Charlotte gateo por la cama hasta su pequeño escritorio. La habitación era tan pequeña que ni siquiera tuvo que bajarse de la cama para coger su ordenador portátil de la mesa, pues llegaba estirando la mano. Volvió hasta donde estaba Jackie y lo ayudó a pasarse a su cama. Jackie se agarró a la barandilla de su cuna plegable y Charlotte tiró de sus manos para que cayera sobre su cama. Al hacerlo, el colchón hizo más ruido del que le hubiera gustado a los dos, y se quedaron un rato en silencio por si escuchaban la voz de su hermana, pero ésta parecía que se había quedado dormida ya.
 Charlotte encendió su ordenador y entró en Internet. Jackie nunca había entrado en Internet, así que todo era nuevo para él. Miraba asombrado la pantalla mientras Charlotte entraba en su correo electrónico.
-Mira –le dijo a Jackie mientras clicaba en la foto de uno de sus contactos-. Este es Robin. Tiene 13 años. Vive en Chicago. Lleva pañales para dormir porque se hace pipí en la cama, pero también se los pone cuando tiene que hacer caca. Le gusta ser un bebé, así que cuando llega a su casa después del cole, le pide a su mami que le ponga un pañal. A su madre no le importa que Robin sea un bebé. Le deja estar con chupeta por la casa y también le da biberón. Duerme en una cama, pero está intentando convencer a su mami para que le compre una cuna. Vive también con su hermana mayor, que también le cambia el pañal y le da el bibe.
Jackie miraba la foto de Robin, con ojos como platos. Aparecía tumbado sobre la cama llevando sólo un pañal y abrazado a su Coyote de peluche. Robin le había dicho en una de sus conversaciones que esa foto también la tenía su hermana en su habitación, pues tanto a ella como a su madre le gustaba la faceta de bebé de Robin.
Charlotte se volvió a poner triste. Envidiaba a Robin por la vida que llevaba y envidiaba también a Jackie. Ser una bebita era su sueño…
-También está Ady –dijo mientras entraba en el perfil de su otra amiga y clicaba la foto. Sólo iba a enseñarle a Jackie las fotos de perfil de sus amigos, ya que tenían las demás bloqueadas para que sólo pudieran verlas sus contactos, y Jackie ni siquiera tenía Internet-. Ella vive en Barcelona y también ha sido una bebé desde que nació. Duerme en una cuna, toma biberón y su mami la saca a pasear en un carricoche. Le gusta mucho el Heavy Metal, los cómics de superhéroes y Harry Potter.
Se puso más triste al ver la foto de Ady en su cuna mirando a la cámara mientras sonreía de forma traviesa, y decidió enseñarle a Jackie otra cosa del mundo AB/DL porque si seguía viendo fotos de sus amigos, se pondría más triste.
Estuvieron un rato más navegando por Internet; Charlotte le mostró toda la repercusión que había tenido su doble accidente a la entrada y a la salida del Wallace Place, que lo había convertido en una persona muy famosa dentro del mundo AB/DL. Le enseñó todos los comentarios de apoyo que había hacia él en Internet, ya que Charlotte estaba segura que sólo había oído los odiosos comentarios de la prensa amarilla. Le enseñó también la web de Andytalecorner, dónde había historias de pañales muy chulas; y un vídeo de You Tube de una chica de 18 años que todavía usaba chupete.
Cuando terminó le dijo que todavía quedaban muchas cosas AB/DL por enseñarle, pero que era muy tarde y ya no tenían tiempo. Aunque quería saber su opinión sobre todo lo que acababa de ver, así que se lo preguntó.
-¿Mi opinión? -Jackie parecía que quería decir muchas cosas pero no encontraba las palabras-. A ver… todo esto es nuevo para mí. Esos cometarios de apoyo, todas esas personas que también llevan pañales… En fin…
-¿Qué te ha parecido? –le preguntó sonriendo, pues creía saber ya su respuesta-. Con una palabra, defínelo.
-Maravilloso –contestó-. Saber que no estás sólo en el mundo es maravilloso.
Charlotte sonrió, pero Jackie se quedó mirando la última foto que había en la pantalla.
-¿Por qué ese chico lleva un pañal de bebé? Está claro que no le vale.
-¿Qué? –Charlotte estaba distraída, disfrutando de que Jackie por fin supiera lo que era, pero volvió a la realidad y miró a la pantalla del ordenador-. ¿Eso? Ah, no es nada. Sólo que mucha gente no tiene tanta suerte como nosotros y le cuesta encontrar pañales y cositas de bebé de su talla. Tú eres millonario así que Dodot los hace especiales para ti, y yo soy pequeñita y me valen los de bebé; pero otra gente no tiene tanta suerte.
Jackie se quedó pensativo, moviendo su chupete de un extremo a otro de su boca. Charlotte miró la hora en el reloj de su mesilla de noche y se dio cuenta de lo tarde que era.
-Bueno, será mejor que nos acostemos ya o mañana no podremos ni levantarnos –dijo.
Apagó su ordenador y ayudó a Jackie a volver a su cuna; le empujó por el pañal mientras él se agarraba a la barandilla y Jackie cayó sobre sus mantitas. Le pasó a Ronnie, que lo cogió entre sus brazos y se metió entre las sábanas con él.
-Buenas noches, Charlotte –le dijo antes de acurrucarse junto a Ronnie y prepararse para quedarse dormido.
-Buenas noches, Jackie -le contestó mientras le volvía a dar al interruptor de la luz.

10 comentarios:

  1. Hola Tony, escelente capitulo, me agrado mucho que haya esa conversacion entre Charlotte y Jackie, realmente muy interesante, sube el siguiente capi cuanto antes, que estoy prendido a la historia

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    1. Hola, Migue! A mí me agrada mucho leerte siempre :) Un saludo! Ya puedes leer el siguiente :)

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  2. Me encantó, ya quiero leer mas

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    1. A mí me encanta que te encante haha
      Ya lo tienes!
      Que lo disfrutes :)

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  3. Hola!Te puedes pasar por mi pagina de historias abdl esque estoy empezando y necesito alguna manera de empezar voy a empezar leyendo esta serie haber si me gusta :3

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    1. Holap , pasame tu pagina porfa , me encantan estas historias , tengo 2 años

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    2. Hola! Voy a echarle un vistazo a ver :)

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  4. esta genial Tony , espero que saques las 18 pronto,saludos ^-^

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    1. Me alegra un montón que te guste, de verdad! Ya está subido el 18 :)
      Saludos!!

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