20 de enero de 2016

Canción de Leche y Pañales - Capítulo 13




Robert



Robert McKenzie llegaba tarde a la reunión de ese día. Lo habían avisado con muy poco tiempo. La noche de antes. Cuando habían tenido lugar los acontecimientos. Al parecer, en la presentación del hijo de Largue en la cena del Wallace Place, a la que ningún otro directivo de Modas Largue había acudido para mostrar su rechazo hacia Karen Largue, éste se había mostrado llevando un pañal y comportándose como un bebé. Y su salida del hotel al día siguiente en un carricoche y llevando chupete y nuevamente un pañal lo había confirmado. Robert se frotó las manos aquella noche. Se la pasó entera viendo todas las tertulias de la prensa amarilla y saboreando el final de Karen Largue. Lo que habían planeado los miembros del Consejo de Administración de Modas Largue como un empuje para la compañía se terminó convirtiendo en algo mucho mejor: la caída en desgracia de Karen Largue. Esa mujer estaba acabada. Ella lo sabía. Ellos lo sabían. Sólo quedaba cronometrar lo que tardaba en estrellarse contra el suelo. Realmente había sido un golpe de suerte que el hijo de Karen y John Largue fuera aún un bebé.
Robert iba relajándose en el coche. Su chófer conducía tranquilamente y él iba aún más tranquilo en la parte de atrás leyendo el periódico. Una foto de John Largue Jr. ocupaba la portada. En ella se veía al crío tirado sobre el suelo, bocarriba, agitando sus extremidades mientras lloraba y llevando un pañal al descubierto. Parecía muy poco probable que el niño se hubiera bajado el pantalón el sólo allí en medio, pero no se veía ninguna mano tirando del mismo. Robert suponía que habían sido los periodistas quienes le habían bajado los pantalones y luego eliminado sus manos con Photoshop para publicar la imagen. De hecho, se podía apreciar como el suelo no era igual en su conjunto.
Sonrió. La ayuda de la prensa era fundamental para derrocar y mantener tiranos en el poder. Miró su reloj. Si seguía retrasándose le costaría una reprimenda del Consejo de Administración. Poseía el 30% de Modas Largue, pero los auténticos jefes del Consejo eran Esther Lorrian y Florth Vincent. Sobre todo Florth Vincent, impulsado por su odio hacia los Largue.
-Es muy importante que tengamos la reunión mañana, Robert –le había dicho Florth, su amigo y compañero del Consejo el mismo día que Jackie salió del hotel-, Largue estará pasando el día en su casa meditando las consecuencias de lo ocurrido y es nuestra única oportunidad.
Su chófer llegó al edificio de la empresa.
-Ven a recogerme en una hora –le dijo mientras se bajaba del coche.
-Por supuesto, señor –le contestó sin mover la cabeza ni para mirarle.
Robert McKenzie era un hombre duro. Con sus trabajadores y con su familia.
Modas Largue estaba inusualmente vacía, pero se trataba de un día festivo.
Cuando llegó al penúltimo piso de la empresa le estaba esperando la encargada de esa planta.
-Le he dicho lo mismo a los demás miembros del consejo –le anunció-, que hoy no había convocada ninguna reunión.
-Es una situación extraordinaria, Emma –le dijo él secamente.
Cuando entró en la sala de juntas se encontró con Florth Vincent y con el resto de miembros del Consejo: Terry Gillbert, Evan Lincert y Esther Lorrian. Todos lo saludaron cuando ocupó su sitio.
-Bien, ahora que estamos todos –comenzó Florth-, podemos empezar con esta reunión no oficial de Modas Largue –hizo una pausa pero nadie dijo nada-. Todos sois conocedores de los sucesos ocurridos ayer en el Wallace Place. Al igual que yo, decidisteis no asistir por una razón de discrepancia con nuestra jefa. Y como predecimos todos, las acciones de Modas Largue han caído una cifra considerable desde que se le vio el pañal a ese crío, concretamente un 57%. Esto es una barbaridad caballeros. Deja esta empresa en una situación mucho más precaria y complicada de lo que ya se encontraba. Es por eso que Karen Largue, por su ineficacia como empresaria y su ineptitud como madre, debe abandonar esta empresa.
-¿Cómo predecimos todos? –la expresión de Florth había cogido por sorpresa a Robert
-Que Largue debe largarse es algo que ya sabíamos todos desde que ocupó su cargo tras la muerte de su marido –apuntó Esther sonriéndole-, sin embargo, creo que esto dejaría a Modas Largue en una situación muy comprometida. ¿Quién se quedaría al frente? ¿Nosotros?
-Desde luego, ese es el plan, Esther –contestó Lincert-. Pero creo que nuestro amigo Florth tiene una idea mejor.
-Sí. Así es. Propongo que el jefe sea, de puertas para afuera, su hijo: John Largue.
-¡¿Qué?! ¿¿Ese imbécil que lleva pañales?? –saltó Robert, olvidándose del comentario que había hecho Florth.
-De puertas para afuera, compañero. Aquí dentro, seguiríamos mandando nosotros.
-¿Entonces por qué poner al crío? –preguntó. Era evidente que se le escapaba algo
-Porque para la opinión popular…y de la prensa…sería mucho mejor que esto siguiera siendo considerado como una empresa familiar. El impacto sería menor. A primera vista la empresa seguiría siendo llevada por los Largue, pero nosotros actuaríamos desde la sombra. Mandaríamos desde la sombra. Nos enriqueceríamos desde la sombra. El crío sería simplemente una marioneta. Por Dios, todavía lleva pañales, no tiene que ser muy difícil de manejar.
-Precisamente por ese hecho de seguir llevando pañales me parece que va a ser muy difícil de manejar. Si su madre no ha conseguido ni siquiera quitarle el pañal, ¿qué te hace pensar que nosotros podremos manejarlo? –preguntó Esther.
-Su madre lo quiere, Esther. Ya te lo dije en la última reunión. Para nosotros es sólo un peón prescindible.
-Exactamente –corroboró Gillbert.
-Hazle caso al hombre del gato aplastado en la cabeza, Esther –dijo Florth riéndose. Desde que nos enteramos de lo del hijo de Largue, el plan se me vino sólo a la cabeza.
-¿De qué estáis hablando? –Robert estaba totalmente fuera de lugar- ¿Qué plan?
-El plan para echar a Karen Largue, Robert –le dijo Esther.
-El plan era que presentase a su hijo al mundo para que crecieran los beneficios. Aunque me encante la idea, nadie dijo de echar a Largue.
Los cuatro intercambiaron miradas cómplices.
-¿Quién se iba a creer que presentar al hijo de la jefa al mundo haría que aumentasen los ingresos de una empresa? –dijo Lincert mientras sonreía.
-Alguien tan estúpido como Karen Largue –respondió Florth mirando a Robert.
-Alguien tan estúpido que no tiene ni idea de cómo funciona una empresa.
-¿Qué queréis decir? ¡¿Qué sabíais que no funcionaría?! –Robert estaba que echaba chispas-. ¡¡¡Pues nos ha costado una caída de las acciones de un 75%, caballeros!!
-Siéntate, Robert –le dijo Florth.
Se dio cuenta de que se había puesto de pie en algún momento.
-Todo estaba planeado –le dijo Esther.
-¿Cómo que planeado? –preguntó mientras se serenaba poco a poco.
-Nosotros sabíamos que pasaría esto cuando le dijimos a Largue que mostrase a su hijo al mundo –le dijo Lorrian.
-¿Cómo que lo sabíais? ¿Queréis decir que sabías lo del…? –se paró de pronto. Las piezas empezaban a encajar.
-Sabíamos lo del hijo de Karen Largue.
-Sabíamos que lleva pañales, usa chupete, va en carricoche y… Ah, también sabemos que aún toma teta –dijo Esther sonriéndole.
-¿Cómo os enterasteis?
-Gertrudis, ¿quieres pasar, por favor? –Esther se giró en su asiento para mirar a la puerta que estaba detrás de la sala de juntas, que daba a un pequeño cuarto.
De su interior apareció una mujer mayor, con el pelo recogido en un moño y las manos juntadas delante a la altura de la cintura.
-Gertrudis lleva trabajando en la Mansión Largue 40 años –siguió Esther. Ha visto todos los secretos que esconde Largue dentro de sus protegidas cuatro paredes y se ofreció a compartir algunos conmigo a cambio de una generosa suma de dinero. Como sabéis, todo el mundo tiene un precio.
-La señora nunca me subió el sueldo en ninguno de mis años de servicio.
-Vaya, una criada despechada. Magnífico –río Lorrian.
-¿Lo sabíais todos? –les preguntó Robert.
-Así es –le dijo Esther.
-¿Por qué demonios nadie me dijo nada?
-Tienes el 30% de las acciones de la empresa. Era un plan muy arriesgado y no ibas a querer participar por si te arruinabas
-¡¡¡¿¿Y no estoy arruinado, maldición???!!! Las acciones han caído un 75%. ¡¡¡Estoy en la puta ruina, joder!!!
-Robert, cállate –le dijo seriamente Florth. Su amigo nunca le había hablado en ese tono-. Vamos a solucionar eso, te lo prometo. El plan ha salido a la perfección.
-¡Pues contadme como vais a arreglarlo, maldita sea. Qué. Todavía no. Vamos, que estoy esperando. Contádmelo –estaba realmente alterado.
Florth le dirigió una sonrisa y se giró hasta la criada.
-Gertrudis, realmente lo has hecho muy bien. Sin tu aportación, este plan no habría llegado ni siquiera a madurarse.
-Ha sonado como si fueras a decir ahora ‘’Pero tus servicios han llegado a su fin, ya no eres imprescindible’’ –dijo sonriendo muy nerviosa.
Florth empezó a reírse de forma muy exagerada.
-¿No creerás que esto es una película de mafiosos, verdad? – y volvió a reírse.
Los demás lo siguieron. Y hasta Gertrudis se río un poco.
¡BANG!
Florth tenía en su mano un revólver de la que salía humo del cañón. Gertrudis estaba tirada en el suelo, con un agujero en el estómago de donde salía sangre.
-Florth… Díos mío, Florth… -Robert se llevó las manos a la boca, horrorizado.
-¿Qué? Explícame porque es más noble dejar morir de hambre a las familias de tus trabajadores que pegarle un tiro a uno de ellos sin más.
-Has… Has perdido la cabeza… -no conseguía encontrar las palabras.
-Será mejor que alguien le dé un vaso de agua a nuestro amigo –dijo Esther.
Gillbert se lo llevó de inmediato.
-Bien, ahora que te has calmado un poco –prosiguió Esther-, vamos a explicarte el resto del plan.
-Karen ha caído. Está fuera del juego. El incidente con su hijo ha hecho que retiren sus acciones la mayoría de los brokers de Wall Street. No tiene ninguna excusa para permanecer en esta empresa, por mucho que lleve su nombre. Si quiere seguir viviendo dignamente, venderá su parte del capital por el precio que sea. Nosotros seremos quienes se lo compremos. Sacaremos la empresa a flote sin ella y los inversores volverán como cuervos a un festín de cadáveres. Tengo ya a tres seguros que van a invertir. La empresa saldrá adelante y nos habremos quitado al último miembro de la familia Largue.
-Te olvidas de su hijo, Florth –le dijo Robert.
-¡Por dios! –bufó-, ese crío todavía lleva pañales, ¿qué problema supone para nosotros?
-Es el heredero de Modas Largue.
-Si ni siquiera su padre ha mostrado el menor interés por la empresa que creó, dudo mucho que vaya a hacerlo su hijo –le dijo Lorrian.
-Además, no le queda ni un centavo a su familia para que pueda acceder como inversor. Si tienen suerte, podrá trasladarse con su mamacita a un pequeño apartamento.
Robert veía que el plan era muy inteligente. Y que había salido todo a pedir de boca. Pero aún había algo que se le escapaba.
-¿Cómo sabíais que se le vería el pañal en público?
-¿Qué quieres decir? –le preguntó Esther.
-¿Cómo sabíais que se le vería el pañal en público? –repitió. Es decir, sabíais que llevaba pañales, pero teníais que aseguraros de que se le iba a ver.
-Contábamos con la turba de ex trabajadores de la empresa –contestó Lincert-. Cuando Karen sugirió que despidiésemos a unos cuantos casi la hubiera besado. Eso ayudo a propiciar su caída.
Florth sonrió. Se dirigió hasta el aparador y sacó una botella de champán. Los cinco brindaron por una nueva era de Modas Largue.
Salían de la sala cuando se encontraron a Emma en la puerta.
-Me había parecido oír un sonido como de dispa… -se cayó cuando vio el cadáver de Gertrudis al fondo.

-Ay, Emma, ¿por qué no has mantenido la boca cerrada? –se lamentó sin mucha pena Florth. Sacó de nuevo su revólver y le disparó allí mismo.

9 comentarios:

  1. Hola Tony, muy buen capitulo, me agrado bastante, espero con ansias el siguiente, felicidades y que bueno leerte nuevamente!!!

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    1. Hola Migue! Me agrada que te guste!! Muchas gracias y el próximo estará pronto!!

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  2. Hola Tony, excelente, estoy ansiosa por leer el siguiente capitulo, subelo pronto, besos

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    1. Hola Alexis! Muchas gracias! El siguiente estará pronto!

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  3. seria genial que en un capitulo charlitiky :v se conocieran en persona en algun capitulo, oh soy el unico que piensa eso xD?

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    1. Hola! Mañana estará subido! Gracias por la paciencia!!

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