Jackie
A Jackie no le
gustaba salir de paseo. Prefería quedarse dentro de casa jugando con sus
juguetes o viendo la televisión. Sin embargo, no tenía agorafobia así que podía
salir de casa. A Jackie le gustaba ir al cine, a las jugueterías y a todos esos
sitios, pero odiaba salir de paseo, ya que sus paseos sólo consistían en ir
dentro del carrito y asfixiarse de
calor. Para poder salir de paseo, su mami le había pedido a una empresa de
cochecitos para bebés que le hiciera uno más grande para para así poder meter a
su hijo dentro. Esto último no se lo dijo, pero no fue necesario, debido al
poder económico de Karen Largue, cualquier cosa que pedía se le concedía ipso
facto.
El carricoche en
cuestión descansaba al lado de la puerta de atrás, por donde se salía la
mayoría de las veces para evitar la prensa amarilla. Jackie se encontraba en el
cuarto de juegos. Se acababa de levantar y Cindy le había dado el biberón, ya
que su mami se había ido a trabajar pronto ese día y no había podido darle la
teta. Cindy primero le cambió el pañal, después le puso uno de sus bodys,
porque ya empezaba a hacer calor, y se fue con él hasta la mecedora de su
habitación, donde su mami le daba la teta, para darle el biberón, le tumbó
sobre las rodillas, se echó unas cuantas gotas de leche sobre la muñeca para
comprobar que no estuviera demasiado calentita y le puso la tetina en la boca.
Se empezó a tomar el biberón muy lentamente. No le gustaba tanto como la leche
de su mami, pero le encantaba también tomar el bibe. Cindy le iba acariciando
el pelo tal y como le hacía su mami cuando mamaba. Cuando terminó de tomarse la
leche, Cindy le llevó hasta el cuartito de juegos, recordándole que iría a
buscarle más tarde para el paseo.
Cindy llegó mucho
antes de lo que a Jackie le hubiese gustado, lo tomó en peso, le olió el culete
por si llevaba caca y lo llevó a su habitación para vestirle, después le bajó
escaleras abajo. Su carricoche esperaba junto a la puerta de atrás. Cindy lo
metió dentro bocarriba y le acomodó las
mantas, colgó la bolsa con os pañales sobre las asas del carrito y lo empujó
hacia el exterior.
-Espera, que te
abro la puerta –dijo uno de los criados. Jackie no supo cuál, puesto que estaba
tras él y el techo del cochecito le impedía ver detrás, que era hacia delante
en realidad. Jackie pensó que cuando lo montaban en el cochecito, nunca sabía
que dirección tomaba, pero como era un bebé, poco le importaba. Los mayores se
preocuparían de eso.
-Gracias –contestó
Cindy-. Me voy con el nene de paseo.
-Pasadlo bien –les
dijo el criado-. Adiós, Jackie.
Pero Jackie ni le
contestó. Nunca lo hacía. Era un bebé, no tenía por qué hablar.
El carricoche,
aunque era más grande que los normales, seguía siendo muy estrecho. Jackie
apenas podía moverse dentro. Además, hacía más calor que fuera debido a las
mantitas que llevaba. Pero lo del cochecito no era todo malo; le gustaba sentir
el suave traqueteo de las ruedecitas sobre la acera. De vez en cuando miraba a
Cindy, y esta bajaba la cabeza y le dedicaba una dulce sonrisa. Jackie le correspondía
tímidamente desde detrás de su chupete. Había días en los que Jackie se sentía
más bebé que de costumbre. Hoy era uno de esos días.
Hizo unos ruiditos
de bebé mientras se acomodaba.
-Shh… -le hizo Cindy,
que creía que estaba nervioso.
A veces, los
mayores no saben que quieren los bebés, pensó Jackie.
Siguieron paseando
un rato. Al poco, Jackie vio como unas puertas se cerraban tras ellos. Estaban
en el supermercado.
Se acurrucó a un
lado del carricoche y se tapó con las mantas para que no lo vieran. Pero empezó
a sudar. Se las quitó rápidamente pensando que sería mejor que lo vieran con
pañales y chupete que a morir por abrasión. Sonrió, se imaginó que pasaría si
se descubriese a alguien más en el supermercado que llevase pañales.
-Tenemos que venir
aquí un momento, Jackie –dijo Cindy como disculpándose-. Tengo que comprar unas
cosas para mi casa y no tenía otro momento.
A Jackie le
hubiera gustado asomarse por el cochecito y ver cómo era un supermercado de
gente corriente, ya que las compras en la Mansión Largue se hacían en los
sitios más selectos.
De pronto, Jackie
vio que se encontraban en un pasillo donde sólo había pañales. Cindy cogió un
paquete y lo depositó en la parte de abajo del carricoche.
-Esos no son los
pañales que llevo yo –le dijo.
-Ya lo sé, Jackie
–le contestó Cindy-. Estos no son para ti. Son para otra personita.
-¿Tienes un bebé?
-Algo así –le
respondió Cindy con una sonrisa.
Cuando estaban en
la cola de pago, Cindy sacó los pañales y los puso en la cinta. Jackie vio como
las manos de la cajera cogían el paquete.
-Estos pañales son
un poco grandes para un bebé que todavía va en cochecito.
-Oh, no son para
este bebé –dijo Cindy.
Jackie se quedó
sorprendido, pues cuando había visto el paquete, llevaba escrito que eran para
bebés, no para niños grandes que llevaban pañales como los que él usaba.
Cuando salieron
del supermercado y prosiguieron su camino, Jackie le preguntó a Cindy:
-Cindy, ¿soy un
bebé grande para ir en carrito?
Cindy lo miraba
desde arriba, mientras empujaba el carrito en cuestión.
-¿Por qué me
preguntas eso?
-Porque he visto
que los pañales que has cogido eran para bebés, no para bebés grandes como los
que uso yo. Luego si la vendedora te ha dicho que esos eran grandes para bebés
que todavía van en carricoche y yo uso unos más grandes y aún voy en
carricoche, soy mayor para ir en carricoche.
Cindy se quedó
callada un momento, y luego sonrió.
-De verdad,
Jackie, me sorprendes a veces.
-¿Pero lo soy o
no? –preguntó con curiosidad.
-Veamos –Cindy
hizo una pausa-. Estos pañales que he comprado son para una niña menor que tú
que todavía los usa. Es pequeñita así que le valen los de bebé normal. Los
tuyos son unos pañales que hacen especialmente para ti. Nadie más los lleva,
como ya sabes. Dicho esto, los pañales no son una unidad de medida precisa para
delimitar si alguien es mayor o no como para ir en carricoche. Eso es algo que
debes decidir tú.
Jackie se quedó
pensando en silencio. Movía el chupete de arriba abajo, un tic que tenía
siempre que le daba vueltas a algo en la cabeza.
¿Era ya un bebé
grande para ir en carrito? Odiaba el carrito, eso estaba claro. ¿Pero lo odiaba
porque sí o porque ya era mayor? ¿Entonces era mayor también para los pañales,
la cuna y la teta? No quería ni pensarlo, ni le importaba. Los pañales, la cuna
y la teta le gustaban. El carricoche no. Dejaría el carricoche, le daba igual
si era un bebé mayor o pequeño para ir en él. Simplemente no le gustaba. Se lo
diría a su mami cuando llegase esa noche.
Entre tanto,
llegaron a un parque. Era el parque al que iba siempre, uno alejado de la urbe
donde nunca iba mucha gente. Cindy sacó a Jackie y lo sentó sobre su regazo. Se
sintió incómodo ahí fuera, expuesto al mundo exterior, pero en ese momento el
parque estaba vacío.
-Es una buena hora
para venir, Jackie –le empezó a decir Cindy-. En este momento todos los niños
están en el colegio así que no suele haber gente a estas horas.
Pensó que tenía
razón, pero de todas formas se acurrucó contra Cindy. Ella lo apretó también
junto a su cuerpo.
-Venga, Jackie,
que es hora de darte el almuerzo –le dijo, mientras con una mano buscaba en una
mochila en la cesta de abajo del carrito.
Cindy sacó un
potito y una cucharita de plástico. Jackie tenía hambre así que separó la
cabecita del pecho de Cindy y la estiró abriendo la boca hacia la cuchara con
comida. Cindy le iba dando el potito y le limpiaba la comisura de los labios
con una servilleta. El potito era de verdura, el que menos les gustaba, aún así
se lo comió entero.
Tras la última
cucharada, se volvió a acurrucar contra Cindy y estuvo un rato escuchando su
respiración, como hacía con su mami después de la teta. Se acordó de la enorme
teta de su mami, blandita y llena de leche, y se puso triste. Quería hablar con
mami y saber cuándo iba a regresar a casa.
-Cindy, quiero
llamar a mami –le dijo.
Cindy, que estaba
mirando su móvil mientras acariciaba distraídamente a Jackie, le lanzó una
mirada, empezó a mover el dedo con el que tocaba la pantalla táctil hacia abajo
y al poco rato, le dio un golpe a la pantalla y le pasó el móvil.
-Toma, Jackie, ya
está llamando.
Al tercer pitido,
su mami descolgó su móvil.
-¿Qué pasa, Cindy?
–preguntó con una voz molesta.
-Mami, soy yo
–contestó Jackie tímidamente.
El tono de su mami
cambió de inmediato.
-¡Hola pequeñín! ¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Estás dando un paseo con Cindy?
-Sí…bueno ahora estamos sentados en un banco del parque.
-Ah, muy bien. ¿Y te ha dado ya el almuerzo?
-Sí. Un potito de verdura.
En ese momento a Jackie se le escapó el pipí. Hizo una pausa mientras
dejaba que le saliera y se quedase en su pañal.
-¿Jackie? ¿Estás ahí, pequeñín? –preguntó mami.
-Me he hecho pipí.
-¡Anda! –exclamó ella-. Dile a Cindy que te cambie, ¿vale?
-Sí…
-¿Estaba rico el potito?
-No mucho...sabes que los de verdura no me gustan
-Y tú sabes que tienes que comer de todo, bebé.
-Mami….
-Dime, mi bebecito.
-Te echo de menoooos…. ¿Cuándo
vas a volver?
-¡Yo también te echo de menos, cosita mía! –exclamó mami-.Volveré muy
tarde, Jackie. Tú estarás dormido cuando…
-Mami, quiero teta esta noche –le cortó.
- Y mami te va a dar teta, cielo, pero… -Su mamá se calló de repente.
-¿Mami?
-…Pero voy a llegar muy tarde, bebé…Mami tiene que colgar. Besitos.
Colgó de repente y muy rápido. Le devolvió el móvil a Cindy.
-¿Qué te ha dicho
mami, Jackie?
-Que me echaba de
menos…Cindy, tengo pipí .
-¿Quieres que te
cambie aquí?
Jackie echó una
ojeada por el parque. No había nadie pero prefería no arriesgarse. No le
importaba tanto tener pipí en el pañal. Siempre y cuando no fuera mucho rato.
Cindy lo notó
nervioso, así que le volvió a insistir en si quería que le cambiase ya el
pañal.
Jackie le contestó
que no, pero le pidió el chupete. Cuando lo tuvo entre su boca, empezó a
disfrutar de la tetina. Se calmó un poco, pero no mucho. Definitivamente,
quería que le cambiasen de pañal.
-Cindy, pañal…
Su niñera lo
entendió. Sentó a Jackie en el banco y rebuscó en la mochila del carrito un
pañal.
-Cámbiame deprisa,
Cindy –le dijo.
Cindy le bajó los
pantalones y le desabrochó el pañal mojado. Se puso a llorar, no sabía por qué.
-Tranquilo,
Jackie. Termino enseguida. Tú con el chupete.
Se concentró en el
chupete y se calmó un poco. Cindy le estaba limpiando. Terminó, le levantó las
piernas y le pasó el pañal nuevo por el culete. Se lo colocó bien y se lo pasó
entre las piernas hacia arriba, se lo sujetó muy fuerte con las dos cintas y le
subió los pantalones. Después lo levantó en peso y le dio suaves golpecitos en
el pañal.
-Cindy, paséame
por el parque hasta que me quede dormido. Estoy inquieto.
Cindy lo metió en
el carricoche, tiró el pañal mojado a una papelera que había cerca y empujó el
carrito por el parque, con él dentro. El suave traqueteo hizo que se le
cerrasen los ojos enseguida…
Se despertó
confuso, sin saber cuánto tiempo habría pasado desde que se quedase dormido. Se
giró y vio que estaban entrando por la puerta de atrás de casa. Se desperezó a
gusto y Cindy lo sacó del carricoche para ir a darle la comida.
Sonrió.
Era la última vez que iba a ir en carricoche.
Hola Tony, excelente el quinto capitulo, me encanto, sube pronto el sexto, que cada vez esta mas interesante y atrapante la trama de la historia. te felicito, sigue asi
ResponderEliminarHola Migue! Muchas gracias, como siempre. Subiré el siguiente cuando pueda, que ando liadillo que tengo reformas en casa hehe
ResponderEliminarMuy buen capítulo. Este en especial me ha encantado. Gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias! Me alegro mucho!
EliminarHola Tony, no te quiero precionar, pero ya han pasado mas de 10 dias y no hay un nuevo capitulo de la Historia, espero lo subas pronto, suerte y saludos
ResponderEliminarYa lo he subido! Perdón por la tardanza... Espero que lo disfrutes :)
EliminarCuando subirás el sexto capítulo no quiero molestar pero habla más de jackie porfa y gracias por leerlo
ResponderEliminarCuando subirás el siguiente ya espere demasiado por favor sube el cap. 6
EliminarHola Gabriel! Ya lo tienes! Y el 7 y el 8 y el 9 y el 10 :) Perdón por la tardanza :(
EliminarHola Tony, sube porfis el 6to capitulo, que estoy ansiosa por leerlo
ResponderEliminarHola Alexis! Ya lo tienes! (y algunos más de regalo)
Eliminarjoe tio las promesas tu nada no,? Deja de rascarte los huevos que ya frustra
ResponderEliminarNo es para tanto insultarlo talves es un capítulo muy muy largo
EliminarPerdón por hacerte esperar, pero para la próxima te agradecería que no usases esas expresiones por aquí. Saludos!
Eliminar1 ,no le e insultado, e dicho una expresion fea, 2 ,la historia ya esta terminada, solo tiene que subir los capitulos, no te acuerdas que la hizo en el verano?
ResponderEliminarBueno si tu lo dices esta bien
EliminarNo me ha insultado, solo que es una expresión fea, pero los comentarios son libres, se puede decir lo que se quiera.
EliminarBueno, es cierto que se esta roneando cosa mala, pero tampoco es necesario ponerse así... Que es solo una historia, y se nos ofrece gratis de forma desinteresada. Es molesto tener que esperar una actualización de contenido y que no llegue, si, pero bueno, al fin y al cabo esto es un hobby y ninguno comemos de esto ni se nos va la vida porque no haya novedades cada día. Seamos un poco mas pacientes.
ResponderEliminarEsperemos que llegue pronto un doble capitulo en compensación. :D
Así se habla amigo :D
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAún así, debería haberos dicho que estaba en proceso de reescritura. Lo siento, chicos. Lleváis razón. Espero haberos compensado :)
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