11 de septiembre de 2014

Vida de Chris - Capítulo 6: Un día más

Era el día siguiente tras mi cambio de pañal en el centro comercial. Me había despertado y mamá me estaba cambiando el pañal. Yo tenía la mirada perdida en el techo, concentrado en lo que me había dado mamá y haciendo ese sonido tan característico suyo cuando lo tienes en la boca puesto.
La noche había sido movidita. Mamá me acababa de acostar y en seguida me quedé dormido abrazando a Rhino. Soñé que estaba en un desierto parecido al que sale en el Coyote y el Correcaminos con Rhino a mi lado, que era un rinoceronte de verdad pero en pequeñito. Íbamos corriendo y saltando por las rocas que había por allí. Éramos muy felices los dos. Estábamos en plena carrea hacia un cactus cuando de repente se produjo un terremoto y el suelo empezó a temblar. Creía que era mi fin, me asusté mucho, tanto que me hice pipí encima, pero no importaba porque en el sueño también llevaba pañales.  De pronto, una avalancha de piedras se nos vino encima. Eché a correr hacia donde pude con Rhino detrás mía hasta que no quedaba camino, pues teníamos un barranco delante. Estaba meditando si saltar o no, cuando el suelo se desplomó a mis pies y me precipité hacia el vacío. De pronto llegué al suelo y me desperté sobresaltado.
Estaba en el suelo de mi habitación liado en las mantas y me había dado un fuerte golpe en la cabeza. Rhino también se había caído y estaba en la otra punta de mi cuarto. ¡Me había caído de la cama! ¡No me lo podía creer!
En ese momento me puse  llorar desconsoladamente llamando a mamá. En realidad podía haber subido yo solo a la cama pero la ansiedad, que había vuelto muy fuerte y me había puesto muy nervioso, hizo que mi instinto llamara a mi mamá para que viniera. De pronto, me di cuenta de que me había hecho pipí. Ahora si tenía una razón para que viniese mamá. Me puse a llorar con más ganas. Muy fuerte. Estuve llorando hasta que oí que mamá se levantaba. Cuando entró en la habitación y encendió la luz, me vio hecho  un lío de mantas en el suelo. Ella se acercó enseguida y me aupó.
-¿Qué te ha pasado, Chris? ¿Qué hacías en el suelo? -me preguntó con mucha ternura.
-¡ME HE CAÍDO DE LA CAMA! -dije llorando.
-¿Tienes pipí?
-¡SIIIIII!
-Tranquilo, relájate -dijo mientras me dejaba en la cama-. Voy a cambiarte y te vuelvo a acostar.
Yo no podía tranquilizarme, la ansiedad había vuelto fuertemente y no podía calmarme. Pataleaba y me revolvía en la cama como un niño pequeño. Mamá intentaba quitarme el pañal pero yo de lo nervioso que estaba no la dejaba. Había conseguido por fin desabrochármelo cuando se dio cuenta de que no podía seguir. Salió de la habitación y me dejó allí a medio cambiar. Yo me puse más nervioso aún y lloré con más fuerza. Habría despertado ya a todos los vecinos, como si fuera un bebé. Mamá vino enseguida con la bolsa de globos y ositos y extrajo el paquete que llevaba dentro. Lo abrió. De su interior sacó un chupete azul y me lo puso directamente en la boca. En ese momento me tranquilicé. La ansiedad despareció. Sentí el chupete en mi boca y me concentré en chuparlo. Hacía un ruido muy tranquilizador: chup, chup. Al principio lo chupaba rápidamente. Luego se convirtió en un sonido más lento y monótono. Estaba tan a gusto con él que ni me di cuenta de que mamá había terminado de cambiarme. Me miraba desde arriba mientras veía como su hijo de 13 años se aferraba a un chupete como si tuviera 2.
-¿A qué ahora estás más tranquilo? -me preguntó.
-Shiii -dije yo. El chupete hacía que dijera las eses de esa manera tan graciosa. Quiero decir, graciosha.
-Sí, ya sabía yo que un chupete podía ayudarte, pero no me parecía lo más lógico para un niño de tu edad. Aunque -continuó- ya que todavía llevabas pañal dije: total, por lo menos que mi bebé esté a gusto.
Yo sonreí desde detrás del chupete y estuve todo el rato haciendo chup chup mientras ella ponía bien las sábanas de mi cama. Me sorprendí de lo mucho que había conseguido el chupete tranquilizarme. Cuando mamá terminó, cogió a Rhino del suelo y lo puso a mi lado. Me arropó, me tiró cariñosamente del asa del chupete de broma para quitármelo, yo lo agarré más fuerte y puse cara de enfado, ella sonrió, apagó la luz y salió de mi habitación
 Con el chupete no me costó nada dormirme. Me concentraba en ponerlo a hacer chup chup y así…poco a poco…cerré los ojos…y me quedé dormido…
Ahora estaba recién cambiado, con mi chupete nuevo en la boca y un peto vaquero puesto que hacía que me pudiera mover con total comodidad por la casa. Mamá estaba muy contenta, y yo también. Desde que había vuelto a llevar pañales por fin podía tener una manera de vivir más cómoda. Antes no podía dormir con un pijama normal, ahora tenía estos tan cómodos y calentitos; antes me daba una ansiedad que me ponía muy nervioso, ahora tenía el chupete para calmarla; antes no podía ir por casa con un pañal y ropa cómoda, ahora tenía toda la ropita nueva que me había comprado mamá. Por fin era un niño de 13 años con pañales completamente feliz.
Mamá se fue a hacer las cosas de la casa y yo me quedé en la habitación. Me puse a jugar con mis playmobil como hacía cuando era más pequeño. Pasé una mañana bastante agradable. Hacía tiempo que no hacía esas cosas, también hacía tiempo que no estaba en mi habitación llevando pañales y con un chupete en la boca.
Sin darme cuenta dieron las 2. Mamá me llamó a comer. Dejé el chupete en la mesita al lado de mi cama  y fui a la cocina. Si mamá se sorprendió porque no llevara el chupete no dio muestras de ello. Se comportó con total normalidad, como si su hijo no llevará puesto un pañal que luego ella tendría que cambiar. Cuando terminé de comer me entró sueño, mamá lo notó porque me vio dar un par de cabezadas en la mesa.
-¿Tienes sueño, Chris? ¿Quieres que te acueste? -me preguntó.
Dije que sí, que quería echarme la siesta. Mamá entonces intentó tomarme en brazos pero le dije que no, que ya iba yo a acostarme, que como ya llevaba puesto el pañal no hacía falta que viniera, solo para ponerme el pijama. Cuando terminó, me metí en la cama, me puse el chupete en la boca, cogí a Rhino, bajé la persiana para que no entrara la luz de la tarde y me dormí.
Al despertarme, miré el reloj de mi mesita de noche y vi que había dormido 2 horas. Me sorprendí muchísimo porque en las siestas que dormía antes lo normal era que fuesen de una hora como mucho. De lo que no me sorprendí fue de haber mojado el pañal, pues era ya normal que lo mojase mientras dormía. También me sorprendió  que no me pusiera nervioso por tener pipí. No sé si se debía a llevar el chupete o a que ya me había acostumbrado a hacerme pipí encima. Me quedé un rato en la cama jugando a la Nintendo DS. Cuando llevaba ya un tiempo me entraron ganas de hacer caca. Acordándome de lo que me pasó en el centro comercial, me levanté corriendo para decirle a mamá que me quitara el pañal para ir al baño, pero en cuanto puse un pie en el suelo me la hice encima. Me puse a berrear como un bebé. Me tire en la cama y me tapé con las sábanas de la vergüenza que tenía. Pero mi llanto se tuvo que oír porque mamá llegó enseguida.
-¿Por qué lloras ahora, Chris? -preguntó al entrar- ¿Y qué haces debajo de las sábanas? -añadió mientras intentaba destaparme, pues no podía porque yo tiraba de ellas hacia abajo y me revolvía con ellas.
El chupete se me había caído en un momento entre las sábanas y no lo encontraba. Mamá debió de notar el olor a caca porque me preguntó si me había hecho. Le dije que sí y lloré con más fuerza. Sentía la caca dentro de mi pañal, podía ponerme la mano en el culete y sentirla dentro. Y cuando me movía de un sitio para otro la sentía rozándome. Me había hecho caca encima como un bebé cagón. Mamá por fin consiguió destaparme y me quedé tumbado en la cama bocarriba agitando mis puñitos y mis piernecitas como si fuera un bebé. No paraba de llorar. Miraba a mamá y no paraba de llorar. Me había hecho caca encima por segundo día consecutivo y no podía soportarlo, me estaba convirtiendo en un bebé. Mamá por fin encontró el chupete y me lo puso en la boca.
-Toma, que si no, no voy a poder cambiarte -dijo.
No me tranquilicé del todo, pero al menos dejé de llorar. Me concentré en mi chupete: chupchupchupchupchupchupchup.
Mamá empezó todo el proceso del cambio. Me fue soltando uno a uno los botoncitos de mi pijama. De esa manera el pañal quedó más descubierto mostrando los dibujitos que tenía en las líneas de la cintura. Cuidadosamente y con mucha ternura, me desabrochó las cintas de mi pañal. Lo extendió hacia delante y todo lo que me había hecho quedó al descubierto. Yo miraba para otro lado concentrado en el chupete, que a medida que mamá me iba cambiando hacía un ruido más pausado: chup, chup, chup, chup, chup.
A continuación, mamá me levantó las piernas con una mano y extrajo el pañal de mi culito. Después empezó a limpiarme cuidadosamente por todos los sitios en los que me había manchado. La verdad es que lo estaba haciendo con mucha más calma que cuando me la hice en el centro comercial. Cuando terminó de limpiarme, fue hasta el armario para sacar un pañal limpio. Me lo puso también con mucho cariño. Me levantó las piernecitas y echó mi cuerpo hacia atrás, me pasó la parte del abultado pañal por el culete y luego lo pasó por delante. Cogió una de las cintas para sujetarlo y la pegó fuertemente a la parte de delante del pañal, luego hico lo propio con la otra dejándome más agarrado que otras veces. Yo podía sentir el pañal limpio, bien sujeto y abultado en mi cuerpo, y me sentía muy bien. Me puse a sonreír desde detrás del chupete y se me escapó una risita como de bebé. Mamá entonces me aupó en brazos y me apretó junto a ella. Le tiraba cariñosamente al asa de mi chupete y yo lo agarraba con más fuerza.
-Tranquilo, Chris, que no te lo voy a quitar -me dijo acompañado de unos palitos en mi pañal.
Me llevó en brazos al sofá y me sentó allí.
-¿Puedesh traerme a Rhino? -le dije, pues no me gustaba estar sin él.
Ella llegó enseguida con mi peluche, pero se fue a seguir haciendo cosas de la casa. Yo me quedé toda la tarde viendo dibujos animados en la tele, ya los veía antes de empezar a llevar pañales de nuevo, pero ahora los disfrutaba más. Miraba la televisión mientras me tocaba distraídamente el asa del chupete, me lo quitaba a ratos y me lo volvía a poner. En un momento dado me entraron ganas de hacer pipí, pero ni me puse nervioso ni me inmuté. Dejé que saliera y que se quedará allí, en el pañal. Fue una sensación muy guay. Estar en el sofá viendo la tele, hacerme pipí encima y que no pasara nada. Tampoco llamé corriendo a mamá para que me cambiara, pues el capítulo de Looney Tunes que estaban dando me gustaba y podía esperar.
Al llegar la hora de la cena, mamá vino a buscarme al salón y me preguntó si estaba mojado. Le dije que sí y me llevó a mi habitación para el cambio. Salí de ella ya sequito y preparado para cenar, andando con mi pijamita puesto.
Mamá había preparado para cenar filete de ternera. Estaba cortándolo con el cuchillo cuando este se me escapó y me corté. Me hizo un corte en el  dedo, no muy profundo pero me empezó a salir sangre. Yo me puse muy nervioso porque no me gusta la sangre y empecé a llorar. Mamá enseguida me metió el chupete en la boca. Después me llevó en brazos al cuarto de baño para curarme el corte. Me lo limpió con agua, yo lloraba porque me escocía, pero me dijo que los niños grandes no lloran por eso, y, aunque yo llevara pañales y chupete,  era un niño grande así que intenté parar, pero no podía. No hacía ruido porque llevaba el chupete en la boca pero me seguían cayendo lágrimas por las mejillas. Solo cuando mamá terminó de curarme y me puso una tirita pude tranquilizarme un poco. Ella me dio un beso en el dedo para que se me curase como le hacen a los niños pequeños, aunque no sirve para nada. A continuación, me levantó en brazos y me llevó a la cocina, donde fue ella la que terminó de darme la cena, en parte porque yo ahora no podía usar los cubiertos, pero también en parte porque creo que sentía un poco de lástima por mí. Cortaba trocitos de ternera muy pequeñitos y me los iba dando con el tenedor. Yo no decía nada, masticaba la comida mientras tenía la mirada perdida.
En una de esas me atraganté. Se me quedó el trozo de ternera en la garganta y no me lo podía tragar. Lo intenté con agua, tampoco. Me empecé a poner muy nervioso y se me escapó algo de pipí. Tosía y no podía. Me estaba poniendo rojo. Mamá también se asustó y me dio golpes en la espalda. Al final conseguí echarlo. Me puse a llorar. Me había asustado mucho y solo quería que mamá me abrazara. Lo hizo, pero antes de eso me puso mi chupete en la boca. Yo lo agarré con fuerza, y mientras ella me tenía en sus brazos yo hacía el ruido que tanto me calmaba, muy rápidamente: chupchupchupchupchupchup.
Al final, mamá tomó por misión imposible hacer que me comiera el resto de ternera, pues yo me negaba y no me quitaba el chupete de la boca, y pasó a darme las natillas. Me las tomé sentado en su regazo mientras caía en la cuenta de lo que estaba pasando. Tenía 13 años y mi madre me estaba dando de comer sentado encima suya, sabía que no era normal para alguien de mi edad, pero yo me sentía muy cómodo y a gusto de esa manera. Tardé un poco en asimilarlo, pero lo acepté y terminé de comerme las natillas tan ricamente. Cuando terminé, mamá me limpió la boca porque me había manchado y me levantó en peso.
-¿Quieres que nos pongamos a ver una película antes de acostarnos, Chris? -me preguntó.
-¿Puedesh cambiarme antesh de pañal? -le dije
-¡Claro! -contestó-.¿Qué tienes, pipí?
-Shi
Me llevó a mi habitación y me dejó en la cama boca arriba. Cuando terminó todo el proceso del cambio me hizo cosquillitas en la barriga cantándome una canción de un anuncio de pañales y de lo secos que estaban siempre los bebés con ellos. Me puse serio y le dije que se estaba pasando, que yo no era ningún bebé.
-Tienes razón, Chris. Lo siento -me dijo ella.
Le contesté que no pasaba nada, que nos fuéramos ya a ver la película. Nos pusimos una de Piratas del Caribe, que duran bastante. Cuando terminó, y a pesar de haber dormido mucho la siesta, yo estaba que me caía de sueño. No se me quedaban los ojos abiertos y daba cabezadas. Mamá me llevó a la habitación para acostarme. Me había hecho pipí durante la película así que me tuvo que cambiar de nuevo. Hoy había batido mi récord, pues había usado 5 pañales. Mamá no dijo nada y me puso el pañal como siempre, aunque desde que me hacía caca lo agarraba más fuerte para que yo estuviera más seguro. Yo sonreí desde el chupete. Me encantaba que me cambiaran el pañal, me gustaba estar sequito. Cuando mamá me metió en la cama y puso a Rhino al lado mía, salió de la habitación sin apagar la luz.
-¡Mamá, she te ha olvidado apagarme la luz! -dije.
Pero ella volvió enseguida con una caja más grande entre las manos. Por un momento me temí que fueran más chupetes, pero entonces sacó unas especies de walkie-talkies, pero uno era más grande que el otro.
-¿Qué esh esho? -le pregunté.
-Esto es un vigila-bebés, Chris -dijo tendiéndome el que era más pequeño-. Los compré esta tarde mientras tú dormías la siesta. Este te lo pones aquí en la mesita de noche y este otro me lo llevo yo a mi habitación, de manera que si por la noche te caes de la cama o mojas el pañal, en lugar de gritar, con esto podré oírte desde mi habitación.
La misma palabra lo decía: vigila-bebés. Y yo no era ningún bebé.
-¡Pero eshto esh para vigilar a los bebés! ¡Y yo no shoy ningún bebé! -protesté.
-Ya lo sé, Chris -contestó-. Pero esto es más cómodo que pegar gritos en medio de la noche y que despiertes a los vecinos -dijo cogiéndome de las manos el que me había dado-. Y que éstos se enteren de que llevas pañales -añadió.
Como creía que tenía razón, dejé que me pusiera el vigila-bebés en la mesilla. Me revolvió el pelo, apagó la luz y salió de la habitación.En la oscuridad de mi habitación se veía el pilotito rojo del vigila-bebés brillando. No me gustaba mucho, así que me abracé más fuerte a Rhino, me di la vuelta y me dormí plácidamente con mi chupete: chup, chup, chup...

6 de septiembre de 2014

Sinopsis del sexto capítulo de 'Vida de Chris'

Chris sigue pasando nuevas etapas. Después de que le cambiasen el pañal en público, ha aceptado más su nueva vida, aunque le siguen dando los ataques de nerviosismo. Menos mal que su mamá piensa en todo….
¡La nueva aventura de Chris ya está aquí!

3 de septiembre de 2014

Sobre el apartado 'Historias Cortas'

Hola a todos!
Esta entrada es sólo para avisaros de que el apartado titulado Historias cortas aún no está disponible. Estoy viendo que estáis entrando muchos y sólo encontráis escrito 'Este apartado no está disponible'. Y se lo que fastidia eso jeje.
Os prometo que habrá una historia corta y que por supuesto será de pañales, de hecho ya la tengo en mente, pero hasta que no acabe con Vida de Chris no me pondré a escribirla.
De momento podéis seguir leyendo las aventuras de Chris en el blog, ya tengo casi terminado el próximo capítulo y os aseguro que viene algo importante. No puedo decir más ;)
Ah, y recordaros también que me encanta recibir vuestras opiniones sobre 'Vida de Chris', prefiero que me las dejéis como comentarios en el blog, pero también podéis mandármelas a mi dirección de correo: iwantmydummy@gmail.com o en mi perfil de Google +: Tony Prince.
Nada más, un saludo a todos y todas!